A veces te miro cuando soñadora
En algo invisible fijas tu mirada:
Y siento mía esa velada nostalgia,
Algo tan bueno que asoma,
Algo tan bello que entraña;
Aroma de abril que tu esencia
Dulcemente toda emana.
Asi te conocí. Unas lineas
Tan tiernas y delicadas,
En ellas un corazón puro palpitaba.
Un casto beso, caricias y luego el cielo.
Y tu recostada sobre mi pecho,
Y yo bebiendo de tu sagrado silencio.
Te hice mía; aquel día
En el sueño del sol te hice mía,
Bajo la luna se fundieron dos almas
Y como amantes eternos
Unidos en uno nos acunó la mañana.
A veces creo que ya te conocía,
Que viajamos para encontrarnos
Cruzando tiempo y galaxias.
A veces te creo sueño de mis anhelos,
Princesa de los cuentos de mi infancia,
Y te miro como se mira al cielo,
A la luna, a las estrellas, a todo lo eterno,
Y con auténtica devoción te venero.
A veces te miro cuando lánguida
Se cierne sobre mi tu mirada,
Dulce poesía que mi ser embriaga,
Y en silencio me pregunto
¿Podrías ser tú en verdad aquella dama...?
A M.
Enrique Rull Suárez