jueves, 18 de abril de 2013

A un amigo

Vi tu mirada.
Acaso 
¿Era tu alma? 
Estaba rota, mustia, ¡muerta!
¡Si, era tu alma!
Puedes sonreír pero no me engañas,
sé que el diablo te ha roto por dentro, 
sé que anoche
deseaste partir
hacia el olvido eterno.
¡No te avergüences amigo mío!
Que yo 
bien te comprendo. 

¿Y esas lágrimas invisibles?
¡Esa furia, esa rabia que grita,
Y que contienes con agallas!
¡Y Dios mío,
Toda esa tristeza que te baña…!

Lo sé, lo sé.
Fueron los segundos horas,
La noche, el infierno,
Puñales con veneno que a miles
Se clavaban.
Hasta el aire dando dentelladas.
¿Quién habla del cuerpo?
¡No yo, que conozco el dolor del alma!

Y aún así delante de mí
Ni una lágrima derramada.
¡Valiente, llora! Eres hombre.
Eres más hombre que nadie
Porque amas,
Y con todo ese dolor en la mirada,
Con todo perdido,
Aún aguantas.

No, no es la vida justa,
No es un bello cuento de hadas.
Y me destroza el alma
Ver tu mirada rota
Por el dolor desgarrada.
Amigo mío, ¡aguanta!

A R.


Enrique Rull Suárez