Ya camine mi verso
Entre el pulcro brillo
De alhajas y oropeles
Que visten ufanos
Damas y señores
Tan bien engalanados;
Ya camine mi verso
Entre hambre y miseria
Necesidad y pobreza
Frente a mendigos
Injusticia y oprimidos,
Mi verso
Nunca se para.
Mi verso camina
Entre el oleaje y las mareas
Entre montañas y bosques
Entre nubes y estrellas.
Mi verso es de la tormenta
El rayo que ciega,
El trueno que restalla,
El viento que brama,
El viento que brama,
¡La lluvia que sanea
El campo y la tierra!
Y de la luna llena es mi verso
El argénteo fulgor hechizado
Que guarda los gratos sueños
De aquellos enamorados.
Mi verso camina
Entre el oro y el barro
Entre palacios y chozas
Entre buenos e ingratos
Y ante silencio y desdén
No se detiene,¡al contrario!
Altivo bate sus alas
Y con el viento vuela,
Ya para oír al ruiseñor
Cantar sus notas doradas
Ya para al águila admirar,
Orgullosa majestad
Reina de las altas montañas.
Mi verso se escurre
Entre corazones de hielo,
Y abraza los que arden
Con el deseo y el fuego.
Lleva de un niño la sonrisa
La dulzura de una dama
Del guerrero la fuerza,
Del anciano la nostalgia.
Y si una lágrima derrama
Sincera mi pecho afligido
¡Ahí está el verso,
Mi fiel amigo,
Para secarla!
Y si siento mi vida
Caer al vacío,
¡Ahí está el verso
Hermano mío,
Para sujetarla!
Es alegría y tristeza
Y es añoranza,
Es lo más sincero
Que brota de mi alma.
Mi verso
Camina
Y nunca
Se para.
Enrique Rull Suárez