Despierta el eco dormido
De tu sombra en la ventana,
Noche de lluvia y vino,
¡Y tu imagen adorada!
Cantabas ¿recuerdas?
Cantabas junto a la ventana,
Y era tu mirada
El suspiro de tu alma,
Dulce, tierna, lánguida,
Todo en ese fuego que quemaba.
El roce de tus dedos,
el sabor de tus labios y el deseo...
Al amor nos entregamos,
Y tras el violento arrebato,
El dulce cielo,
Dos cuerpos, un alma,
Tanta ternura,
en la más bella
y sagrada calma.
Regresas hoy.
Apenas ya respiro,
Regresas cual recuerdo
En este sueño en el que vivo.
Seguí avanzando solo:
Hablo, como y río.
Seguí por la vida
Mintiendo sin sentido.
Te engañé a ti,
Me engañé a mi mismo.
Cruel burla de un cuerpo
Que perdió su alma
Al tratar de enterrarte en el olvido.
Caminé sin ti,
(¿Cómo he podido?)...
Hoy mi botella, el vino y el delirio,
Hoy es todo claro y nítido.
Tú recuerdo en la ventana,
y tu silueta que canta...¡Tan dulce, amor mío!
Hoy otra vez por ti suspiro.
Estoy vivo y no soy nada.
Mi corazón late sin ritmo,
No tiene sangre, no tiene brío,
Sé que de muerte está herido.
Un último trago amor mío,
Apuro esta gota,
Arrojo el vaso al olvido,
Que tu recuerdo me acompañe
En mi último suspiro.
Enrique Rull Suárez