domingo, 3 de marzo de 2013

Muda la Brisa...

Muda la brisa, limpio el cielo está,
Noche de calma, noche de cristal. 

Calles huérfanas, silencio. Oscuridad.
Pasos cansados avanzan sin mirar.
No hay dirección
Salvo huellas vacías de soledad.

Mis labios recuerdan tus labios.
Mis manos recuerdan tus manos,
Tu cuerpo rendido en mis brazos;
Y tu ardiente boca
No dejaba de besar.
¡Eras mía 

En la noche de cristal!

Temblabas bajo el aliento de la luna,
Brillabas bajo mil estrellas
Cansadas de brillar;
En la frágil noche eras la frágil llama,
que quemaba, que incendiaba la oscuridad.
Y bajo la brisa celeste
Y de las hojas el murmurar,
Confidentes de nuestra dicha
¡Te hice mía

En la noche de cristal!

En las tinieblas del ensueño
Nuestras almas se fundieron,
¡Tormenta, nubes, tempestad!
Era de noche, brillaba el sol en mi alma
Con su luz crepuscular,
Apuré tu tierno gemido,
Tu cálido pecho de almohada
Acunó mi corazón encendido,
Y mi sangre toda ella cantaba
En un dulce letargo
Como si hubiera tomado
el más agradable vino.
Tus párpados despertaron
Como en sueño de mayo.
Nos despedimos.
Y con febril devoción
Sigilosa y ágil te vi marchar.
¡No sabía que no volvería
Aquella noche de cristal!

Ciego, hambriento, sediento,
Camino solo en la noche sepulcral.
Murieron las flores del jardín de mi alma
Briznas de hierba se doblaron sin hablar,
La fontana se detuvo, se secó el robledal,
Incluso el ruiseñor ha dejado de cantar.

Muda la brisa, limpio el cielo está,
Noche de calma, noche de cristal.


Enrique Rull Suárez

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