De tus negros ojos tiernos,
De tu rostro triste y bello,
¡Tu dulzura
De tu rostro triste y bello,
¡Tu dulzura
Presa de amargo
lamento!
¡Mas detente!
Otra lágrima ver caer no quiero.
Aunque como una flor
Por el rocío empapada,
Así resaltaba tu pena,
Frágil, hermosa y delicada.
A mí tus lágrimas
Al alma me llegan,
Y si otros no sienten,
Yo el doble siento;
Y tu llanto se hace
Hondo pesar en mi pecho,
Que aquellos que sienten,
Cuando ven marchitarse
Lo puro y lo bello,
El doble se afligen
Y sangran por dentro.
¡Seca hoy tus lágrimas!
Que frívolas palabras
No toquen corazón excelso,
Que tu tristeza ver no quiero,
Y cumple tu deber etéreo:
Alumbra con tu sonrisa
Nuestro cielo,
Álzate sobre almas impuras,
Baila alegre con la luna,
Sólo a los ángeles escucha;
Y con indiferencia desdeña
El lenguaje que no venga
De la más pura inocencia.
¡Mas detente!
Otra lágrima ver caer no quiero.
Aunque como una flor
Por el rocío empapada,
Así resaltaba tu pena,
Frágil, hermosa y delicada.
A mí tus lágrimas
Al alma me llegan,
Y si otros no sienten,
Yo el doble siento;
Y tu llanto se hace
Hondo pesar en mi pecho,
Que aquellos que sienten,
Cuando ven marchitarse
Lo puro y lo bello,
El doble se afligen
Y sangran por dentro.
¡Seca hoy tus lágrimas!
Que frívolas palabras
No toquen corazón excelso,
Que tu tristeza ver no quiero,
Y cumple tu deber etéreo:
Alumbra con tu sonrisa
Nuestro cielo,
Álzate sobre almas impuras,
Baila alegre con la luna,
Sólo a los ángeles escucha;
Y con indiferencia desdeña
El lenguaje que no venga
De la más pura inocencia.
Para Pilar
Enrique Rull Suárez
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