Suspiro cansado que empaña la esperanza
Abierto está mi pecho, que corra la sangre
Y cante el amor y la gloria en suaves notas
Tristes y dulces del tiempo pasado.
Recuerdo, la noche, tu tierno amor me envolvía
Acunábamos la ternura en nuestros sueños dorados,
Bailábamos al son de la vida inmortal,
Lejos, aún el mundo giraba
Y el tiempo corría,
Y el tiempo corría,
Lejos aún la vida terminaba
Y el tiempo moría.
Y el tiempo moría.
Recuerdo hojas que nacían
Y hojas que caían, y en tu mirada
Y hojas que caían, y en tu mirada
Reflejábase la mía,
Y cada palabra de tu voz
Me acariciaba,
Me acariciaba,
Y yo tu aliento divino
En cálida y ardiente pasión te robaba...
Hoy mirando sigo
En cálida y ardiente pasión te robaba...
Hoy mirando sigo
En la fuente ya seca que guardó tu reflejo,
Tus huellas en la arena que borró el vendaval
La fragante rosa seca en el suelo,
La habitación que contempló
Tú último beso
Que el destino me quiso dar.
Dime Amor ¿Ya es primavera? ¿Por qué este frío?
¿Por qué no oigo a los pájaros cantar?
¿Es mi alma, en silencio, la que grita, la que llora?
¡Triste que el fuego que hoy me consume
Es el mismo que un día me hizo brillar!
Estas lágrimas que como velo
Mis ojos cubren
Le pido a Dios
Que el tiempo no permita enjugar,
Pues los días que se fueron
Embriagados de felicidad
Atados al Amor están,
Y es la tristeza de hoy
El canto del cisne
de aquella dicha celestial,
En ella me regocijo,
Me refugio,
Eterno instante,
Mi única vida
Amor de verdad.
Enrique Rull
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