domingo, 5 de agosto de 2012

Renacer


Solo fue un instante
Una luz ardiente
Radiante.
De seda tus alas
Blancas como nieve
Brillantes.
Dormidos mis párpados
¡Con tal claridad veía!
Prodigio de magia y bondad
Sonrisa acariciadora
Que en dicha me envolvía,
Y tu mano
Sujetaba la mía
Firme y suave
Sin dejarme caer,
Tiernamente me asía.
Y tus ojos
Ofreciendo luz de esperanza
A un corazón
Que apenas ya latía
Y tus labios
Dulcemente se movían
Y me hablaban,
Y aunque nada oía
El cariño en cada palabra
perfectamente comprendía…
Vida rota y de nuevo forjada
Huir de la muerte
que me abrazaba,
De un ángel caído la fuerza
Que grita
Y lágrimas derrama
Pero con orgullo
Se levanta
Despliega las alas
Y vuela hacia la luz
De un cielo que le llama.

Enrique Rull

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