El
Jinete de Bronce. Pushkin

Antología Lírica. Pushkin
Los versos que descansan en estas páginas cambiaron mi vida. Junto a su
portentosa Obra Maestra Eugenio Onieguin, esta antología tiene la consideración
por mi parte de ser uno de mis libros favoritos. Poesía es Pushkin. Un canto al
Amor más puro, a la vida, a la tristeza, al arrepentimiento, a la libertad, al
deseo y a la mujer, a las deidades...Como una tempestad, o como la brisa que
acaricia, así son sus versos, llenos de recuerdos, de sensaciones, que tan sólo
un poeta puede transmitir. Las traducciones están bien elaboradas, cotejando
con algunas otras, yo diría que están entre las mejores del escritos ruso.
Dicen en Rusia que en España no nos podemos hacer idea del valor de Pushkin, no
hay una figura pareja en el panorama artísitico español, ni Cervantes. Pushkin
es el creador y embellecedor del idioma ruso, Pushkin es el rostro de Rusia.
¿Hasta que punto un poeta tiene tal fuerza que aún muerto, sigue su arte
brillando tanto? Dostoievski decía a la inauguración de una escultura del
poeta: "La belleza salvará al mundo" ¿Y acaso no tiene razón? No hay
poeta más grande porque no sólo elevó el espíritu humano a su cenit sino que
fue el innovador de una lengua, el creador de una legión de seguidores
(Lermontov, Turguenev..). Su poesía se alza como una victoria eterna,
inmutable, un estandarte que simboliza el triunfo del Amor,de la belleza y de
las musas sobre el mundo, que se alza provocador y sublime contra la condición
humana vulgar y endeble, y que brilla con los destellos del espíritu humano más
elevado y hermoso.
Rudin. Turguenev

Al cerrar el libro la sensación que me ha quedado es que mi corazón esta
oprimido, y mi alma paralizada, tal y como si hubiese pasado por una vivencia
dulce y luego amarga, una pena profunda y una melancolía indescriptible. He
aquí de nuevo el genio ruso, otra de sus más aclamadas novelas, elegante y de
perfecta estructura, bellamente escrita, donde contrapone la inocencia del amor
con el engaño de la frivolidad de una mujer tan bella como caprichosa y sin
corazón, cuyas palabras bonitas y sentimientos expresados sólo conforman un
adorno más de se vestimenta externa. Este personaje femenino es memorable,
supone la destrucción de la felicidad, la vida mundana y sin sentimientos, la
falsedad, la vulgaridad enmascarada en la sociedad...y por otro lado, Turguenev
magistralmente deja un camino por el que circule la inocencia de un amor
verdadero, plenamente romántico,la esperanza de la dicha y la consumación del
deseo del corazón y de la inocente bondad y pureza...aunque el final se muestra
estremecedor y deja desprender tanta nostalgia y amargura por todo aquello que
se fue, por lo que pudo ser y no fue, que encoge el corazón. Turguenev sabe
como hacerlo, no es lo que dice, sino el cómo, su brillante y elegante prosa,
su análisis romántico y tristemente bello, su sensibilidad y profundidad en el
pensamiento, su tono poético...Un clásico, una novela bellísima, otra más de
este auténtico genio.
Aguas Primaverales. Turguenev


Humo. Turguenev
Una de las obras más conocidas del genio ruso. Perfectamente ambientada, con fuerte crítica social e ironía a las altas clases rusas (sorprende que las cosas sean tan similares en todas partes y cientos de años después, así que una crítica perfectamente válida y vigente para nuestra época y país), con personajes profundos, magistralmente delineados, y un pensamiento y análisis de los sentimientoshumanos espectacular, lleno de sensibilidad, poesía, y el idealismo chocando contra la realidad. Una novela escrita de forma perfecta, ciertos pasajes algo más pesados por la crítica social, pero sin perder esa nostalgia , desesperanza y lucha interna que obsesionaba al escritor ruso y que es inherente al sentir humano. Más que recomendad, toda una obra maestra, llena de sensibilidad exquisita que puede asombrar y desorientar al lector moderno por su profundidad, sus valores y ese sentir poético y romántico que a muchos nos acosa durante nuestra existencia. Cada vez me gusta más Turguenev, cada vez más. Gracias padre por recomendarme hace años esta novela.
Novelas Cortas. Turguenev

Si en verdad hay un escritor que sepa con maestría y sentido poético analizar la psique humana sin caer en lo vulgar, ese sin duda es el genio Turguenev. Este tomo reúne varias novelas, algunas editadas de forma independiente (Primer Amor y Asia o Anuchka, dos de sus más grandes obras, la primera de sus más conocidas y memorables; y esa exquisita joya y delicada Asia, de mis favoritas sin duda, quizá la más sencilla pero a la vez la más bella de sus novelas cortas) otras no, pero en fin, casi todas ellas extraordinarias.Es una constante la tragedia, cierto vacío que persigue a los personajes, la soledad, el paso del tiempo y la fatalidad del destino...y el amor, que arrasa y descompone la vida de sus personajes. Destaco, aparte de las ya mentadas, "Fausto" perteneciente al género epistolar, perfecto ejercicio de composición y misterio, donde se exalta la obra de Goethe, mezclada con un amor; "Diarío de un Hombre Superfluo" , novela que deja sin aliento,cruda y pesimista, desesperante en extremo, que no deja de conmover a cualquier; y mi favorita "Yákov Pásinkov" sencillamente extraordinaria novela y personajes inolvidables lleno de ideales y deseperación ante la realidad de la vida, el canto del cisne del "último romántico", una de las pocas creaciones suyas donde claramente y de manera explícita, ensalza y aplaude los ideales y lo elevado por encima del pragmatismo insulso. La prosa de Turguenev logra, de una manera tan elegante como sencilla y poética a la vez, introducirnos en tantas sensaciones y en un mundo sentimientos profundos de nostalgia, amor y soledad y desesperación, que logran conmover a cualquier lector sensible y dejarle una extraña huella de tristeza y vacío, pero también le da una lección de humanidad. Una obra recomendadísima, con mucha influencia de la literatura francesa (no se me va de la cabeza el nombre de Gerard de Nerval entre otros) y homenaje constante a Pushkin, Schiller, Goethe...Todo esta suerte en apariencia de nihilismo, pesimismo y tristeza se me antoja más una victoria de un alma pura e idealista, totalmente romántica pero desencantada, por parte de este genial ruso "occidentalizado" ¡De lo mejor que leí!
Padres e Hijos, Turguenev

Fue acusado por los sectores
conservadores, y también por los más revolucionarios, el genio ruso no dejó
indiferente a nadie, y si el que esto escribe tuviera que valorar la obra,
diría sin duda que ejemplifica tanto los aspectos positivos y negativos de
ambos bandos, no convencido con ninguno.
Las nuevas ideas niegan todo, creencias, principios, valores, arte,
inclusive hasta a Pushkin (Romanticismo, palabra odiada por el joven pragmático
Basárov). Sin embargo, el joven echa por tierra muchas de las viejas ideas de
la antigua Rusia, con trato nefasto a la servidumbre, los abusos de poder etc.
El amor llega como una tormenta,
para desatar pasiones y cambiar ideas. El amor, algo ideal, choca contra el
pragmatismo, contra la dureza del carácter, contra todas las ideas
preconcebidas.
Impregnado de ese lirismo que
caracteriza a Turguenev, ciertos pasajes son auténticamente bellos, y la prosa,
exquisita, colorida y ágil, sigue siendo una delicia, que se lee con facilidad
y deleite. La profundidad de
sentimientos, la cantidad de aspectos de los personajes, la disparidad de
sentimientos, de ideas y pensamientos que subyacen en la novela es enorme, y al
no concretar, abre todo un sinfín de posibilidades de análisis. Pero siempre,
lo que se eleva por encima de todo, es esa sensación de desarraigo, de
nostalgia, de resignación frente a un mundo sin piedad, el amor fracasado y la
decepción de los ideales. Sin duda, de las más grande obras del ruso, y de las
más valoradas, totalmente imprescindible.
Primer Amor, Turguenev

supone la primera primavera en un adolescente, donde todo
florece, el paisaje cambia, los olores, una alegría inmensa...Y la melancolía y
el paso del tiempo y la existencia humana, marcadas por cosas que perdemos,
amores que nunca fueron...
Recrear los sentimientos tan intimistas, la inocencia, las primeras pasiones tan profundas como inexplicables, el sentir tan mágico del primer amor de un joven, no es una tarea fácil. Y el genio ruso aquí no sólo lo logra de manera increíble, transmitiendo al lector todas esas primeras vivencias y sentimientos de manera extraordinaria, sino que lo hace además a través de un sentido poético de tanta belleza que abruma. La prosa es sencilla, concisa, clara y directa, pero a la vez las descripciones son perfectas y dotadas de una belleza sin par, profunda y melancólica; y es ahí donde se muestra la maestría de Turguenev, haciendo sencillo algo que como cualquier escritor sabe es harto complicado.
La sensibilidad del ruso se hace patente, quizá en esta novela más incluso que en otras, pues tiene mucho de biográfico, de hecho, parece ser un episodio que le ocurrió en su vida, y la protagonista, la princesa Zinaida, pareció existir realmente con otro nombre.
No es de extrañar que esta pequeña joya sea una de sus obras más elogiadas y memorables, al leerla el lector se sumerge en la psique de un joven de dieciséis años que empieza a descubrir las sensaciones del amor, de ese amor que siempre estuvo latente pero que es ahora cuando empieza a aflorar, como la primavera, en todo su esplendor, ardor, felicidad ,inseguridad y miedo.
Mención aparte merece el personaje de la princesa Zinaída: la habilidad de Turguenev para crear personajes femeninos extraordinarios es impresionante, y en varias novelas deja constancia de ello. Zinaída, la joven que enamora a todos, su carácter ambiguo y voluble, alegre y bromista, autoritario, tierno a veces, despiadada otras, soñadora...es como el canto de una sirena, supone una atracción que resulta imposible evitar, desde luego un personaje inolvidable. Y no hay que dejar de hacer mención de los secundarios, y del padre de Voldemar, retratado perfectamente (parece ser que así era en verdad el padre de Turguenev). Los personajes de Turguenev son perfectos, no necesita mucho espacio para definirlos, de hecho, se definen solos, les deja que se muevan como seres reales que de verdad existieron, y el resultado es perfecto.
Lo dicho, una pequeña joya, una lectura exquisita que gana al volver a leerse. Como siempre, Turguenev deja abierto un abanico de interpretaciones diversas en muchos aspectos de la obra, que la hace más grande aún. Es increíble que un libro pueda sumergir al lector en semejante marea de sentimientos, recuerdos,vivencias,incluso olores y sensaciones de los más íntimo, de una juventud tan maravillosa y de un sentimiento tan bello, extraño y grandioso como es ese primer amor.
Recrear los sentimientos tan intimistas, la inocencia, las primeras pasiones tan profundas como inexplicables, el sentir tan mágico del primer amor de un joven, no es una tarea fácil. Y el genio ruso aquí no sólo lo logra de manera increíble, transmitiendo al lector todas esas primeras vivencias y sentimientos de manera extraordinaria, sino que lo hace además a través de un sentido poético de tanta belleza que abruma. La prosa es sencilla, concisa, clara y directa, pero a la vez las descripciones son perfectas y dotadas de una belleza sin par, profunda y melancólica; y es ahí donde se muestra la maestría de Turguenev, haciendo sencillo algo que como cualquier escritor sabe es harto complicado.
La sensibilidad del ruso se hace patente, quizá en esta novela más incluso que en otras, pues tiene mucho de biográfico, de hecho, parece ser un episodio que le ocurrió en su vida, y la protagonista, la princesa Zinaida, pareció existir realmente con otro nombre.
No es de extrañar que esta pequeña joya sea una de sus obras más elogiadas y memorables, al leerla el lector se sumerge en la psique de un joven de dieciséis años que empieza a descubrir las sensaciones del amor, de ese amor que siempre estuvo latente pero que es ahora cuando empieza a aflorar, como la primavera, en todo su esplendor, ardor, felicidad ,inseguridad y miedo.
Mención aparte merece el personaje de la princesa Zinaída: la habilidad de Turguenev para crear personajes femeninos extraordinarios es impresionante, y en varias novelas deja constancia de ello. Zinaída, la joven que enamora a todos, su carácter ambiguo y voluble, alegre y bromista, autoritario, tierno a veces, despiadada otras, soñadora...es como el canto de una sirena, supone una atracción que resulta imposible evitar, desde luego un personaje inolvidable. Y no hay que dejar de hacer mención de los secundarios, y del padre de Voldemar, retratado perfectamente (parece ser que así era en verdad el padre de Turguenev). Los personajes de Turguenev son perfectos, no necesita mucho espacio para definirlos, de hecho, se definen solos, les deja que se muevan como seres reales que de verdad existieron, y el resultado es perfecto.
Lo dicho, una pequeña joya, una lectura exquisita que gana al volver a leerse. Como siempre, Turguenev deja abierto un abanico de interpretaciones diversas en muchos aspectos de la obra, que la hace más grande aún. Es increíble que un libro pueda sumergir al lector en semejante marea de sentimientos, recuerdos,vivencias,incluso olores y sensaciones de los más íntimo, de una juventud tan maravillosa y de un sentimiento tan bello, extraño y grandioso como es ese primer amor.
Memorias de un Cazador, I. Turguenev
Se me pasó por la cabeza no subir este libro en este apartado cuando llevaba unos tres o cuatro relatos que componen el total de 25 ¡Cómo me equivocaba! La razón es simple: no me parecía que tuviesen la profundidad de otras obras de Turguenev, pese a su magistral perfección formal y estilística. Y solo fue cuestión de seguir leyendo para que llegasen auténticas joyas, toda esa sensibilidad, esa p
rofundidad, unida al estilismo virtuoso de un poeta que hace prosa, con unas descripciones del campo que dejan boquiabierto (me perdía entre la cantidad de plantas, árboles y animales que nombra el autor, muy conocedor del campo por ser tan aficionado a la caza).
En su tiempo fue considerada “obra incendiaria” y se dio la orden de retirarse de la venta (algo que finalmente no se logró). La razón: un aristócrata, un noble, como el genio ruso, realiza una condena de los malos tratos a los vasallos ¡Impensable! Una crítica elegante pero destructiva de la chusma que ejercía su tiranía sobre aquellos pobres hombres; y humaniza a los mujiks, los campesinos rusos, los llena de sentimientos, sensibilidad, miedo, amor...algo hasta entonces, impensable. (recordemos que su obra fue decisiva para que se promulgara el decreto que liberaba a los siervos en Rusia en la década de los 50 del siglo XIX). Hay que señalar que no deja de exhibir tampoco una crítica de esos campesinos muchas veces ignorantes y crueles. En fin, muchos de estos relatos son un retrato perfecto de la vida en el campo en la Rusia de mediados del XIX, tal y como el corazón sensible de Turguenev lo percibía. Pero no es solo eso. Eso está muy bien, pero son aspectos que co
rren el riesgo de quedar anticuados, válidos solo en su contexto. Así, varios relatos abordan, sin dejar de lado lo mentado, asuntos del amor, de la justicia, de la muerte, asuntos trascendentes e inherentes a la condición humana en cualquier época…Especialmente debo nombrar algunos que han dejado una huella muy profunda en quien esto escribe: El Prado de Biezhin, Biriuk, Los Cantores, La Muerte, La cita, Un Hamlet del distrito de Schigry, Chertopjanov y Nedopiuskin, Reliquias Vivientes, y El Bosque y la Estepa. Son relatos asombrosos, de una sensibilidad estremecedora, bellísimos y llenos de lirismo a veces y de profunda melancolía. Y sobre el estilo, creo que muy poco escritores en la historia están capacitados para alcanzar la perfección, la belleza, la profundidad, la exactitud y grandeza de las descripciones del genio ruso. Es asombroso, realmente asombroso, pura poesía como narra los amaneceres, los atardeceres, los bosques, ríos…En su tiempo fue considerada “obra incendiaria” y se dio la orden de retirarse de la venta (algo que finalmente no se logró). La razón: un aristócrata, un noble, como el genio ruso, realiza una condena de los malos tratos a los vasallos ¡Impensable! Una crítica elegante pero destructiva de la chusma que ejercía su tiranía sobre aquellos pobres hombres; y humaniza a los mujiks, los campesinos rusos, los llena de sentimientos, sensibilidad, miedo, amor...algo hasta entonces, impensable. (recordemos que su obra fue decisiva para que se promulgara el decreto que liberaba a los siervos en Rusia en la década de los 50 del siglo XIX). Hay que señalar que no deja de exhibir tampoco una crítica de esos campesinos muchas veces ignorantes y crueles. En fin, muchos de estos relatos son un retrato perfecto de la vida en el campo en la Rusia de mediados del XIX, tal y como el corazón sensible de Turguenev lo percibía. Pero no es solo eso. Eso está muy bien, pero son aspectos que co
En definitiva, otra sorpresa más para mi de este autor cuya calidad no tiene límites, y debe ser reivindicado como una de las figuras más importantes de la historia de la literatura, un artista único e inigualable unido a una persona de bello corazón y alma sensible.

Interesantísima su relación, tan
particular como obsesiva, con Paulina Viardot, una mujer casada de la que se
enamoró, y con la que no hay pruebas de que su relación pasase de una amistad
muy cercana, pesé a que marcó su vida y su obra. Nos cuenta también sus
relaciones con sus amigos escritores Flaubert, George Sand, Maupassant..
Imprescindible para todo aquel se
interese por la figura del genio ruso. Lástima que en otros países europeos
abunden los estudios sobre Turguenev, y aquí sean tan escasos, pues su obra da
para mucho, y resulta de interés y de enorme vigencia hoy día, y el texto de
Juan Eduardo Zúñiga, muy interesante y completo, deja con ganas de ahondar más
en otros aspectos del gran ruso.
El Demonio. Lermontov

Enrique Rull Suárez