Canta la tarde al crepúsculo dorado
Un amor lejano.
La brisa trae en susurros prolongados
Recuerdos, memorias, de tiempos pasados
De besos de miel y tiernas caricias,
De un amor lejano.
Asoma una lágrima al contemplar
Las calles por las que antaño paseábamos
Juntos, tu mano y mi mano,
Hoy el camino es un erial
Sin vida, yo solo, y mi recuerdo
De un amor lejano.
Cae la luz crepuscular
Sobre mi cuerpo apagado
Que camina sin vida
Por los recuerdos guiado
Y mientras oye tus risas
Y tu voz que aún palpita
en mi corazón enamorado.
Dormías y yo te velaba concentrado
Tu dulce rostro contemplando,
Tu descanso lo hacía mío
Mis ojos abiertos, tus ojos cerrados
Dormías y yo te soñaba
Entre las estrellas y la luna jugábamos
En tu cielo de ternura y cariño
¡como niños jugábamos!
Y sentía tu calor a mi lado,
Y yo decía sin abrir los labios
“¡Cuánto tiempo ángel mío
Cuánto tiempo te he buscado!”
Y si hoy camino solo
Y mi mano vacía
Solo acaricia el aire yerto
¿Por qué yo siento
Que tu alma camina a mi lado?
¿Qué van juntas tu mano y mi mano?
Canta la tarde al crepúsculo dorado
Melodía triste y lánguida de amor
Un amor lejano.
...dedicado a Walquiria
Enrique Rull Suárez